En escrito divulgado a los medios de prensa, el Instituto
de Desarrollo Rural y de la Tierra (INDERT) sienta postura sobre la zona de
seguridad fronteriza. Habla de la reglamentación de la Ley 2532/05 que la establece
y que generó la reacción de ciertos sectores, los cuales pusieron de nuevo en
cuestión las mensuras judiciales impulsadas por esta institución.
El contenido es cuento sigue: “En ese contexto, y dando
cuenta de las expresiones utilizadas para poner en entredicho la tarea de la
institución, y a través de ella la del Gobierno, resulta oportuno advertir lo
siguiente:
1. La mensura
judicial es un procedimiento utilizado para determinar la ubicación de una
propiedad en el terreno y su correspondencia con lo que reza el título. No
otorga ni saca derechos, y es el mecanismo idóneo para esclarecer dudas acerca
de la situación de una propiedad. El INDERT reitera, una vez más, que se halla
facultado por Ley para llevar adelante una mensura, y puede hacerlo de oficio o
a pedido de parte.
2. El INDERT
ratifica que basa su gestión en el apego
al cumplimiento de la Ley, lo cual, de ningún modo, puede interpretarse como
una intención de avasallamiento a la propiedad privada, un derecho que respeta
de manera irrestricta, más aún cuando se trata de una propiedad de origen
claramente legal y legítimo.
3. El INDERT
valora y respeta el trabajo de cada una de las comunidades que viven en el
territorio y contribuyen a diario con el desarrollo del país. Por lo tanto, su
trabajo se enmarca exclusivamente en el cumplimiento de la Ley y no pretende
avasallar los derechos de ningún sector.
4. Las acciones
del INDERT tienen como objetivo iniciar un proceso de ordenamiento y
regularización de las tierras del Estado paraguayo, cuya administración es su
responsabilidad. En esa línea, sus intervenciones pretenden también construir
una mayor presencia del Estado en el campo, en particular en aquellos
territorios donde históricamente ha estado ausente.
5. Este proceso
de ordenamiento y regularización, que apenas empieza a vislumbrarse, responde a
una necesidad impostergable de depurar los datos disponibles en las diversas
instituciones del Estado, considerando que éstos, en rigor, no resultan del
todo fiables y, por consiguiente, urge que sean cotejados.
6. Es esta
tarea, y no otra, la que verdaderamente sentará las bases para empezar a
generar un clima de paz en el sector rural, devolviendo la tranquilidad a los propietarios legales, al otorgarles las
garantías necesarias para la tenencia y uso de sus tierras.
7. Esta
iniciativa de regularizar las tierras públicas es un imperativo histórico que
requiere el compromiso y apoyo de todos los sectores, del Estado y la sociedad
civil, pues se trata de un proceso que apunta a sanear la tenencia de la tierra
en el Paraguay.
8. Por
consiguiente, se trata de una clara muestra de voluntad política para combatir
la corrupción que ha caracterizado históricamente el manejo de las tierras
públicas. Es también, sin lugar a dudas, el primer paso hacia la construcción
de un país serio, que otorgue garantías a paraguayos y extranjeros.
9. Transparentar
la situación de tenencia de la tierra es, asimismo, un compromiso insoslayable
para avanzar hacia la soberanía territorial, que se iguala en transcendencia a
la recién reivindicada soberanía energética, un logro histórico del país.
10. La reglamentación de Ley de Seguridad Fronteriza se
enmarca en este esfuerzo y no tiene, desde ninguna perspectiva, un sentido
confiscatorio, pues solo busca llevar a la práctica lo establecido en una norma
surgida del consenso entre los sectores de la sociedad representados en el
Parlamento Nacional.
11. Es, igualmente, la expresión genuina de la voluntad
del Gobierno de promover el desarrollo rural, sobre la base de una distribución
equitativa de la tierra, y un compromiso con la defensa y protección de sus
recursos naturales. Se sabe, en ese sentido, que la actual situación de
tenencia de la tierra en el Paraguay tiene raíces históricas y configura un
problema estructural que contribuye a sostener la desigualdad existente, pues
la tierra continúa siendo el principal factor de producción al servicio de un
sector que incrementa su rentabilidad, mientras otro permanece en la pobreza.
El objetivo es que los beneficios del desarrollo lleguen a cada ciudadano y
ciudadana.
12. Finalmente, el INDERT considera que la paz social,
puesta en cuestión por determinados sectores de la sociedad ante las medidas
adoptadas por el Gobierno, solo será posible en un marco de justicia social,
donde la aplicación de la Ley no reconozca distinción entre los ciudadanos de este
territorio llamado Paraguay.”, concluye la misiva.