Agua del desbordado Acaraymi avanza sobre viviendas en el barrio San Rafael

Las lluvias registradas a  lo largo de la semana pasada provocó el aumento del volumen de agua de los ríos Paraná e Yguazú, afectando la zona de embalse, obligando a la Itaipú Binacional a abrir sus compuertas. Esta situación deriva en el desborde de arroyo Acaraymi,  afectado a unas 40 viviendas, pudiendo alcanzar en unas 90 en las próximas horas.   

Ayer sabado, técnicos de Responsabilidad Social e Hidrología de Itaipu Binacional iniciaron tareas  de relevamiento de datos,  para articular acciones con otras instituciones a fin de atender la emergencia.

Deolinda Vallejos, de Responsabilidad Social de Itaipu, destacó que en este momento están coordinando las acciones con los encargados de la Municipalidad de Ciudad del Este, Hidrología de Itaipu y la Secretaría de Emergencia Nacional. Indicó que de acuerdo a la situación y a la cantidad de familias afectadas, se analizarán los aspectos de cooperación de la entidad. "Esta es una tarea que siempre realizamos con otras instituciones públicas", remarcó.

Agregó que en principio la Municipalidad es la que se está manifestando para iniciar las tareas ante la inminencia de la emergencia, y que Itaipu Binacional ayudará de acuerdo a las necesidades detectadas en el relevamiento de datos sobre las familias afectadas en el lugar, en este caso, los pobladores del sector 1 y del sector 2 del barrio San Rafael.

"No es la primera vez que estamos presentes en esta emergencia, hace varios años que se vive esta situación en esta comunidad, en años anteriores en peor situación", agregó. Recordó que Emergencia Nacional también interviene y que sus responsables ya están organizándose para venir.

Los responsables de Itaipu, como los de las demás instituciones coordinan con los propios afectados las tareas que generalmente consisten en la facilitación de medios para realizar sus mudanzas, ollas populares, de acuerdo a la necesidad, conforme a lo indicado por Deolinda Vallejos.

Las familias enfrentan la situación mudándose a las casas de vecinos, de algunos parientes o en las escuelas o capillas próximas; y a través de la cooperación de Itaipu generalmente se les provee de carpas para cubrir sus utensilios. Los afectados no quieren alejarse mucho de su entorno porque generalmente cuentan con animales domésticos que son ubicados en los espacios públicos como la cancha aledaña al lugar inundado.

Carlos Alberto Ortiz, morador del barrio San Rafael, Sector 1, comentó que hace 37 años que vive en el barrio y que todas las familias son de escasos recursos pero que las más afectadas son las que están a orillas del arroyo, porque apenas sube el agua, sus precarias viviendas ya son inundadas.

"Siempre hubo problemas de inundación, porque cuando llueve no hay forma de desagüe, porque no hay nada de alcantarilla y la basura es impresionante a la par de la inundación", señaló.

Expresó que los más afectados por la situación son los niños y jóvenes y que muchas de las familias se pasan las noches en vela en estos días ante el peligro de ser anegadas por las aguas. En medio de estas graves adversidades siempre existe solidaridad entre los vecinos que tratan de paliar la situación, de acuerdo al testimonio de Carlos Ortiz. "En este sector somos 2000 familias que necesitamos una reubicación, hay mucha preocupación por el problema de la drogadicción y la delincuencia, estamos aquí porque no tenemos alternativa, todos nos dedicamos al trabajo informal en el microcentro", adujo.