Deceso de Anita reaviva reflexión sobre donación de órganos

ASUNCIÓN. Durante la Conferencia de Prensa en el Hospital Central del Instituto de Previsión Social  (IPS), ayer 10 de abril, se informó sobre el caso de la niña Ana Laura Almirón, de 6 años, quien falleció a las 11:00 horas del mismo día.

A la pequeña, que llegó sin signos de vida al Servicio de Urgencias Pediátricas del Hospital Central, se le practicó la maniobra de resucitación sin respuesta positiva, declarándose luego su deceso.

El Dr. Vicente Ruiz Pérez, Director Médico del Hospital Central, relató cómo fue el día de la pequeña, horas antes de su muerte, según comentó la madre de Anita. Aquel día  la pequeñita que se encontraba delicada y quien ya estaba en el tope del lapso de vida dado por los médicos; desayunó y luego se acostó; poco después empezó a convulsionar, por lo que fue llevada de inmediato por sus padres al Hospital Central. En el trayecto quedó inconsciente y llegó ya sin signos de vida.

El Dr. Ruíz lamentó que pese a estar en el primer lugar de la lista de personas a ser trasplantadas de encontrarse un donante, no resistió la larga espera. Sus padres  en un gesto de profunda  generosidad,  donaron sus córneas.

La Dra. Miriam Palacios, Jefa del Servicio de Pediatría, brindó más detalles de los últimos momentos de la pequeña desde el punto de vista médico y la  probable causa de su muerte.

El Dr. Gustavo Melgarejo, Jefe de Diligenciamiento de Órganos y Tejidos del Hospital Central, señaló que si no hay donantes, otros niños correrán la misma situación que Anita, además enfatizó que gracias a la donación de las córneas de la niña, dos personas recuperarán la vista. Recordó a las 80 personas que están en la lista de espera del Hospital Central, entre niños y adultos.

La Dra. Norma Astigarraga, Cardióloga Pediátrica del staff y médico tratante de Anita, dijo que ella estuvo esperando un corazón, durante casi 2 años y la procuración de un corazón artificial, fue para alargarle la vida, explicando que no era una solución de raíz, ya que debía permanecer en el Hospital conectada al mismo, a la espera de un trasplante.

“En Anita ya varios órganos estaban deteriorados por el largo tiempo de espera, lo cual ya se reflejaba en su abdomen prominente por la retención de líquido, el hígado grande y el riñón ya más afectado, además del suministro de más fármacos para estabilizarla; lastimosamente se iba deteriorando cada vez más”, expresó.

Tras la defunción de Anita, el tema de la donación cobró más fuerza en todos los niveles de la sociedad, lo que representa un gran paso para el cambio hacia una Cultura de la Donación.