El presidente del Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert), Ignacio Luis Ortigoza, considera una “falacia” que l...
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El
presidente del Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert),
Ignacio Luis Ortigoza, considera una “falacia” que las 15.000 hectáreas ubicadas
en las colonias Ñacunday I y Ñacunday II, en el distrito del mismo nombre,
departamento de Alto Paraná, sean tierras sin titulación y por lo tanto
fiscales, tal como lo asegura Victoriano López, dirigente de la comisión Santa
Lucía. “No es posible que en ese inmueble existan tierras fiscales, ya que toda
la zona está con títulos; es propiedad privada”, aseguró Ortigoza.
La
información fue dada por el titular del Indert, tras la presencia de López esta
mañana en el organismo para anunciar a los medios de comunicación presentes una
inminente ocupación en la zona de Ñacunday, por parte de los sintierras
agrupados a la comisión Santa Lucía, prevista para la semana que
viene.
Ortigoza
salió al paso del referente de los campesinos y respondió que el argumento
esgrimido por López, que las 15.000 hectáreas en Ñacunday no cuentan con títulos
y son fiscales, “es una falacia, quién sabe con qué intención”, explicando que
esas tierras, con “seguridad y franqueza” no son tierras fiscales, tras una
investigación que realizó, al asumir al cargo, con el fin de conocer su
situación.
Tras el
resultado del trabajo de esa investigación, comprobó que están totalmente
tituladas. En ese sentido, afirmó que sospecha que el objetivo real de
Victoriano López, al empecinarse en afirmar que las tierras de Ñacunday son
fiscales, es “crear zozobra a las personas que poseen títulos de propiedad en la
zona”, cuyas tierras son pretendidas por la comisión Santa Lucía.
Siguió
diciendo que las declaraciones del dirigente son “una cuestión que no tiene
sustentabilidad jurídica; en su momento, se lo dije a la gente que trabaja con
Victoriano: que no es posible que en ese inmueble existan tierras fiscales, ya
que toda la zona está con título de propiedad. Ahora, la legalidad o no de esos
títulos debe dirimirse en la instancia judicial, no es competencia del Indert”,
explicó.
Explicó
que a lo largo de los años las 15.000 hectáreas fueron otorgadas en fracciones a
personas para su colonización, quienes a su vez, las fueron titulando en su
totalidad. Según el titular del Indert, el inconveniente surgió cuando “la
Dirección General de los Registros Públicos (DGRP) no procedió al descuento de
la entrega de esas fracciones de la finca matriz, figurando en sus registros
siempre como tierras fiscales”, lo que al decir de Ortigoza representa “una
deficiencia técnica”.
Es
importante recordar que, durante la intervención del Indert, a cargo de Emilio
Camacho, en el mes de febrero del presente año, se intervinieron las colonias
Ñacunday I y Ñacunday II, aduciendo “perentoria necesidad de regularizar tierras
en esas zonas”. Ese trabajo estuvo a cargo de un equipo técnico-jurídico del
Instituto.
Ese equipo
realizó en el terreno un inventario de los lotes ubicados en la zona para
conocer a sus ocupantes, entre otras cosas, de conformidad a lo establecido en
la Ley 1863 del Estatuto Agrario. Al finalizar la intervención se elevó un
informe al interventor.
Pobladores
de Oro ku´i, Caazapá, solicitan agua potable
Por otro
lado, el presidente del Indert recibió esta mañana en su despacho a dirigentes
del asentamiento Oro ku’i, distrito de Aba`i, departamento de Caazapá,
encabezados por Angel Varela del Movimiento Campesino Paraguayo (MCP), quienes
solicitaron la provisión de agua potable, en el marco de la Coordinadora
Ejecutiva para la Reforma Agraria (Cepra).
Tras la
reunión, se informó a los dirigentes que actualmente la Cepra es liderada por el
Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG). No obstante, Ortigoza se
comprometió a intermediar con el MAG, el Servicio Nacional de Saneamiento
Ambiental (Senasa) y la Gobernación de Caazapá para entregar la solicitud de
suministro de agua potable que urge en el asentamiento, mediante la perforación
de un pozo de agua nuevo, elevación del tanque de agua y amojonamiento del
asentamiento.
Sobre las
causas de la no disponibilidad de agua potable, Varela relató que “se cayó el
tanque de agua que proveía a la comunidad, por lo que desde hace un buen tiempo
que los pobladores están sin agua”, indicó. Las familias actualmente se ven
forzados a caminar 5 kilómetros para acceder al vital líquido del arroyo más
cercano, informó.
Sostuvo que el asentamiento Oro ku´i cuenta con unas 750 hectáreas
que albergan a 75 familias, las que viven en el lugar desde hace cuatro años y
se dedican al cultivo de rubros de autoconsumo y renta, como mandioca, maíz y
poroto, entre otros.