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Hoy martes, la serie animada Don Gato cumple medio siglo
de existencia. A pesar de ser despreciado en EE. UU., el personaje de Hanna
Barbera se convirtió en un icono de la televisión.
Foto tomada de: adnsureste.info
ALEXÁNDER
SÁNCHEZ C. asanchez@nacion.com 11:30 P.M. Por más esfuerzo, constancia e inocente severidad, el
pobre Matute no ha logrado poner a Don Gato en regla. Después de 50 años de
repetidos correteos y decenas de ‘ingeniosas’ y malogradas fechorías, este
felino y su peculiar pandilla siguen haciendo de las suyas.
Hoy martes, uno de los gatos más osados, persistentes y
atrevidos de la televisión estadounidense cumple cinco décadas de seducir en la
pantalla chica. En setiembre de 1961, la cadena ABC lanzó al aire la serie Don
Gato, sin imaginar el impacto y cariño que sus escasos 30 episodios generarían
en la audiencia latinoamericana.
Don Gato o Top Cat (nombre original en inglés), fue una
especie de parodia a las películas y series televisivas sobre gánsteres y
pandillas de los años 50 y que, en algún momento, pretendió repetir el éxito
que Los Picapiedra había iniciado en 1960.
En la serie, Don Gato es el jefe de una peculiar banda de
felinos –no solo por sus increíbles planes para ganar dinero fácil y rápido–,
sino por su habilidad de convencimiento, herramienta que le permite enredar a
cualquiera que lo escuche.
Quizá nunca logró uno solo de sus insidiosos cometidos,
pero este cuadrúpedo, de apariencia amarilla, sombrero juguetón y seductora
sonrisa, se convirtió con el tiempo en una de las inolvidables creaciones de
Hanna Barbera, y uno de los personajes más queridos por el público de habla
hispana.
No es casualidad que hace 12 días se estrenará en tierras
aztecas su primera aventura cinematográfica: Don Gato y su pandilla, una
producción realizada por estudios de animación de México y Argentina, y apoyada
por la Warner Bros , casa del personaje. El filme es un homenaje de
aniversario, que ya se convirtió en el filme más taquillero de la historia de
México, en un fin de semana de estreno .
“Es la primera vez que Warner Brothers cede uno de sus
personajes a un estudio externo, o sea, fuera de Estados Unidos, y eso nos da
gusto y es importante”, dijo Fernando de Fuentes, productor del filme a El
Universal de México.
Pero, ¿por qué la Warner Bros hizo eso? En la cadena
televisiva ABC, Don Gato duró apenas una temporada al aire. En abril de 1962 se
acabaron de emitir sus 30 episodios y no hubo planes para más fechorías. La
razón era simple: el impacto en la teleaudiencia estadounidense no fue el
esperado.
Solo por hacer una comparación, la serie de Los
Picapiedra –también de Hanna Barbera–, coleccionó 166 episodios al aire, en
seis exitosas temporadas. Estos números nos muestran que, en definitiva, los
inicios de Don Gato no fueron los mejores.
Pero la historia del “achalecado” gato no se podía quedar
allí. Así como a Don Gato se le ocurrían ambiciosos planes, la serie estaba
destinada a cruzar fronteras y ganar miles de adeptos en el exterior. Buscando
nuevos públicos, la serie fue emitida años después en el resto de América y
España, así como en el Reino Unido.
Así fue que Panza, Espanto, Benito Bodoque, Cucho y
Demóstenes –los gatos callejeros que en Manhattan formaban la banda de Don Gato
y que le hacían la vida imposible a Matute (el policía)–, sumaron puntos a la
popularidad de la serie. Cada uno aportó su cuota de picardía particular, sobre
todo al ser doblados al español.
“Son varias las razones por las que Don Gato triunfó en
Latinoamérica. Pero una de ellas es clara, y fue que los actores que doblaron
las voces al español, les dieron una identidad muy nuestra a los personajes”,
agregó De Fuentes.
Tanto fue el éxito en la región, que la serie se
convirtió en un fenómeno de culto, al punto que, ocasionalmente, se siguen
transmitiendo sus capítulos. En 50 años, más de 20 canales de Latinoamérica han
retransmitido la serie.
Fenómeno. En México, en particular, la serie tuvo un
reconocimiento especial. Gracias a su peculiar doblaje, la serie se convirtió
en un ícono televisivo y, actualmente, es considerada “un clásico entre las
caricaturas mexicanas”, según El Universal.
“Benito en inglés tenía una voz ronca estilo gángster que
no me gustaba para nada; entonces decidí probar algo más infantil y quedó
padrísimo; con Cucho le puse un acento yucateco (del estado mexicano), porque
el gato me recordó al actor de Yucatán, Héctor Herrera, que estaba igual de
ojón”, contó a BBC Mundo, el mexicano Jorge Arvizú, actor de doblaje de 80
años.
Según El Universal, los encargados del doblaje decidieron
ir más allá de simplemente traducir los ya de por sí ingeniosos diálogos, sino
que, además, “hubo un afortunado proceso de tropicalización, que funcionó a la
perfección”.
Arvizú, más conocido como el Tata, es uno de dobladores
más experimentados de la televisión y el cine mexicano, y es el único que logró
repetir a sus personajes en la nueva película de Don Gato.
“Soy el único sobreviviente de los actores originales y
tenía la obligación de participar. No quería que se corriera el riesgo de que
si no aceptaba, quien lo hiciera, pudiera arruinar a los personajes”, dijo a la
BBC Mundo.
En Costa Rica, la serie de Don Gato se transmitió
escalonadamente en varias décadas y por varios canales, pero, quizá, su época
más “pegada” fue la de los años 80.
“La serie fue muy aceptada. Al menos en el 88 y 89 fue
todo un éxito. Fue un boom, tenía muchos fans; la época de Don Gato era muy
relevante”, dijo Gabriel Chaves, quien labora en la filmoteca de Canal 7.
“Los chiquillos de aquella época se identificaban con los
personajes, pues en los barrios había varias pandillas y siempre había uno que
era el cabecilla, el más inventor, el más inteligente, el más tortero y el más
inocente”, agregó Chaves.
Así, Don Gato se convirtió en un reflejo adoptado de lo
que sucedía en los barrios latinoamericanos, a pesar de que su acción
caricaturesca nunca salió de Nueva York. Sin querer, Barbera había creado un
producto que cautivó a una infancia que todavía jugaba sin peligro en las
conocidas vecindades mexicanas (como la de El Chavo), o en las calles rurales
de nuestro país.
Pasadas cinco décadas, y a pesar de sus escasos
capítulos, Don Gato no ha dejado en paz a Matute. Mientras el recuerdo del
avispado gato siga vivo en la audiencia, el teléfono del particular policía no
dejará de sonar y ese “malandrín” de gato no lo dejará de contestar. ¿Cuál será
su próxima fechoría?
En definitiva, y aunque no se tenga certeza de sí llegará
al país, ¡hay que ver la nueva película!
Fuente:www.muyinteresante.es
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FUENTE:20minutos.es
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